Un sábado de mayo...
Instagram @cadaunoensumoto
Un sábado en la tarde quisimos salir rumbo al suroeste de Antioquia, pero haciendo la ruta larga atravesando el oriente antioqueño para que fuera más entretenida, o sea cruzamos por El Retiro a tomar la salida hacia Monte Bello que es carretera destapada, muy linda, tranquila y en buen estado. Hacia las 5pm estábamos llegando a Monte Bello entonces decidimos amanecer allá. La idea sería madrugar al día siguiente a tomar Versalles para cruzar hacia Fredonia.
Esa noche caminamos por el pueblo, fuimos a un mirador en la cuchilla donde se puede divisar Santa Bárbara y el Cerro Bravo de Venecia, conocimos gente muy amable que nos habló un poco del corregimiento de Sabaletas que está aproximadamente a una hora en moto y que tiene la capilla mas antigua de Antioquia, fundada en 1541 por el mariscal Jorge Robledo.
Así que cambiamos de planes y madrugamos para ir a conocerla, la carretera es un poco más compleja porque hay mucha bajada con piedras sueltas y algunas grietas en el camino, sin embargo logramos llegar sin contratiempos, es un caserío donde realmente no hay muchas cosas aparte de la capillita, que como dato curioso tiene una virgen con pelo natural real de humano. Nos pareció bastante particular que hubieran construido esa iglesia en una región tan apartada de todo, sin embargo hace 500 años las cosas eran bien diferentes!
Aunque no soy creyente, Caro si lo es, entonces prendimos unas veladoras que es un bonito ritual muy usado entre los viajeros que la visitan y con buenas intenciones hicimos nuestras peticiones.
Luego de una hora disfrutando de la vista, conociendo la iglesia, tomando fotos y refrescándonos un poquito, decidimos seguir nuevamente el camino para salir hacia Abejorral, la carretera es muy desolada, con pierdas muy sueltas, todo el tiempo bajando hasta llegar a cementos El Cairo, ahí se inicia la subida que aunque no es compleja si es muy larga y con una gravilla menuda inusual que suelta demasiado polvo fino como talco y se te pega en todas partes del cuerpo, la moto y los pulmones, de hecho no es casualidad que la cementera quede exactamente en esa región con aquellas piedras, en una ocasión alcanzamos un bus de escalera y preferimos parar a esperar que se fuera porque el polvo era aterrador y pasarse imposible en esa vía.
Una vez en Abejorral se toma el asfalto de nuevo rumbo hacia La Ceja, la carretera es muy agradable porque no es muy transitada, está en buen estado, llena de curvas y vistas impresionantes desde esas altas montañas, la verdad es que fue un buen cierre para tan tremendo recorrido.
Finalmente regresamos a esa noche Medellín, sin haber llegado al suroeste antioqueño que era la intención inicial, pero la idea de viajar en moto para nosotros es disfrutar el recorrido y conocer nuevos lugares independiente del punto de llegada.
Un sábado en la tarde quisimos salir rumbo al suroeste de Antioquia, pero haciendo la ruta larga atravesando el oriente antioqueño para que fuera más entretenida, o sea cruzamos por El Retiro a tomar la salida hacia Monte Bello que es carretera destapada, muy linda, tranquila y en buen estado. Hacia las 5pm estábamos llegando a Monte Bello entonces decidimos amanecer allá. La idea sería madrugar al día siguiente a tomar Versalles para cruzar hacia Fredonia.

Así que cambiamos de planes y madrugamos para ir a conocerla, la carretera es un poco más compleja porque hay mucha bajada con piedras sueltas y algunas grietas en el camino, sin embargo logramos llegar sin contratiempos, es un caserío donde realmente no hay muchas cosas aparte de la capillita, que como dato curioso tiene una virgen con pelo natural real de humano. Nos pareció bastante particular que hubieran construido esa iglesia en una región tan apartada de todo, sin embargo hace 500 años las cosas eran bien diferentes!
Aunque no soy creyente, Caro si lo es, entonces prendimos unas veladoras que es un bonito ritual muy usado entre los viajeros que la visitan y con buenas intenciones hicimos nuestras peticiones.
Luego de una hora disfrutando de la vista, conociendo la iglesia, tomando fotos y refrescándonos un poquito, decidimos seguir nuevamente el camino para salir hacia Abejorral, la carretera es muy desolada, con pierdas muy sueltas, todo el tiempo bajando hasta llegar a cementos El Cairo, ahí se inicia la subida que aunque no es compleja si es muy larga y con una gravilla menuda inusual que suelta demasiado polvo fino como talco y se te pega en todas partes del cuerpo, la moto y los pulmones, de hecho no es casualidad que la cementera quede exactamente en esa región con aquellas piedras, en una ocasión alcanzamos un bus de escalera y preferimos parar a esperar que se fuera porque el polvo era aterrador y pasarse imposible en esa vía.
Una vez en Abejorral se toma el asfalto de nuevo rumbo hacia La Ceja, la carretera es muy agradable porque no es muy transitada, está en buen estado, llena de curvas y vistas impresionantes desde esas altas montañas, la verdad es que fue un buen cierre para tan tremendo recorrido.
Finalmente regresamos a esa noche Medellín, sin haber llegado al suroeste antioqueño que era la intención inicial, pero la idea de viajar en moto para nosotros es disfrutar el recorrido y conocer nuevos lugares independiente del punto de llegada.
Comentarios
Publicar un comentario